Así empezó todo

La historia de la Ruta Romántica

En el año 1950 estalló la guerra en Corea, el presidente de los EE.UU., Harry S. Truman, ordenó construir la bomba de hidrógeno, Jerusalén se convirtió en la capital de Israel y la India fue declarada oficialmente como República.

¿Y en Alemania? En la todavía joven República Federal desaparecieron definitivamente las cartillas de racionamiento establecidas desde el 1939. El “Milagro Económico” proporcionó un bienestar de continuo crecimiento y, a pesar de todo, fue un tiempo de contradicciones: Aquí el nuevo bello mundo del consumo, allí las ciudades todavía destruidas – consecuencias de una guerra desastrosa, iniciada por el criminal régimen nazi.

Una ruta como cartel

Hoy en día lo llamaríamos atención activa de la imagen, lo que pretendían los inventores de la Ruta Romántica. Cuando en el 1950 se constituyó oficialmente la ruta vacacional entre Wurzburgo y Füssen, debió ser el cartel de una Alemania amistosa, de una Alemania lejos del terror hitleriano y de las montañas de escombros. Una ruta rica en cultura e historia, en la que se enfilan como perlas en un cordón ciudades medievales, casas con paredes entramadas, castillos, fortalezas, suaves paisajes de colinas y viñedos. Un viaje por un país abierto, amistoso y estrechamente unido a la historia europea.

GIs on the Road

Fue un proyecto valeroso desde muchos puntos de vista, pero salió bien: Los soldados americanos fueron los primeros que pasaron sus vacaciones en la “Romantic Road“. Quisieron enseñar a sus familias donde estaban ellos estacionados – y estaban impresionados: Del conjunto medieval en Rothenburg y Dinkelsbühl, del encantador Valle del Tauber, del Castillo de la Orden Teutónica en Bad Mergentheim, del pintoresco paisaje en Pfaffenwinkel.

Viaje con garantía romántica

Ninguna otra de las alrededor de 200 rutas vacacionales alemanas fue tan famosa que el trayecto de 460 kilómetros de longitud desde el Meno a los Alpes. Desde hace algunos años ocupa un puesto fijo entre las metas top de viajes de los visitantes extranjeros y tocayos en Brasil, Corea el Sur y Japón.

Hoy en día, son millones de personas los que visitan anualmente la Ruta Romántica, que honra su nombre también como ruta del ciclismo y senderismo. Unos recorren solo algunas estaciones, otros se detienen en cada uno de los 29 lugares, admiran la Iglesia de Nuestro Señor en Creglingen igualmente que la Iglesia de Wies en Steingaden, gozan de las vistas desde la fortaleza en Wertheim igualmente que desde el Puente de María (Marienbrücke) en Neuschwanstein, de los jardines en Rain exactamente igual que del paisaje de las vegas alrededor de Wildsteig. Pero, indiferentemente del tiempo que se permanezca: Todos  los que vienen aquí de viaje, son recompensados ampliamente. Con cultura, goce – y, por supuesto, romanticismo en pura forma.

Viaje romántico a través del tiempo

Hoy y ayer

Una ruta turística no se crea todos los días. En 1950 surgían los primeros frutos del milagro económico alemán. Pagando con una moneda de un marco se podía ir al cine y quién conducía su propio coche en la recién creada República Federal de Alemania mostraba que había tenido éxito.

 ¿De dónde sacaron la fuerza los iniciadores para crear la primera ruta vacacional alemana? Nadie puede contestar esta pregunta. Además muchos no conocen los nombres de los fundadores, también entre Würzburg a orillas del río Meno y Füssen a los pies de los Alpes. 
En el sector de la ocupación norteamericana surgieron, por esos tiempos, nuevas esperanzas para el futuro gracias al turista de ese país. La Ruta Romántica fue creada y se fue desarrollando. Hoy se encuentra señalizada también con letreros en japonés. Los norteamericanos fueron sus primeros visitantes más importantes como activos. En ellos quedó impreso el concepto de Romantic Road. Como soldados de ocupación comenzaron a hacer vacaciones con su familia por estas regiones. La junta que creó la Ruta se reunió en Augsburg. Sus miembros querían pero mucho más: querían lograr una verdadera rehabilitación del destino vacacional Alemania por las consecuencias funestas provocadas por el terror hitlerista. Querían, en forma muy consciente, presentar no sólo a los norteamericanos sino a todo turista que viniese del exterior otra imagen mediante bellas ciudades medievales a lo largo de la Ruta Romántica, mostrar en fin otro país, pleno de alegría, multifacético e inmerso dentro del devenir común de la historia europea. 
En el mundo no hay otra ruta vacacional alemana tan conocida como la Ruta Romántica. Aquí un ejemplo: de acuerdo a una encuesta realizada en la década de los noventa conocía su nombre el 93% de los japaneses con deseos de viajar. Es decir casi todos. Cuando en la transcurso de una mañana tranquila se bajan los huéspedes nipones del bus en el estacionamiento frente a la iglesia de la Wieskirche no parece ser muy lejano el momento en que cada dos japoneses hayan visitado la Ruta Romántica. 
¿Qué es la Ruta Romántica? Cuando en la geometría la línea recta es la unión más corta entre dos puntos, así se presenta la Ruta Romántica como la más bella conexión de más dos docenas de comunidades al sur de Alemania, muchas de ellas distinguidas con gran cantidad de estrellas de Baedeker del primer orden. Entre los destinos turísticos más conocidos de la Ruta Romántica es Rothenburg ob der Tauber, Würzburg: la ciudad obiscopal barroca y del vino, Füssen, Augsburg: la ciudad de los Fugger y de la plata y la pequeña pero fina Dinkelsbühl. Quién ha viajado por lo mínimo dos veces por la Ruta agregará, con toda seguridad, otros destinos como Landsberg o Nördlingen, Bad Mergentheim con el Castillo de los Caballeros de la Orden Alemana o Feuchtwangen. Todos estos lugares hacen de la Ruta Romántica algo muy especial. La ruta se aleja pocas veces de lo romántico sobre todo al sur de Augsburg con la carretera B17 que como vía de alta velocidad es inadecuada para un verdadero paseo romántico en carruaje. 
En realidad fueron los romanos que trazaron la ruta. Ello es posible de ser constatado hoy en día en el tramo sur de la Ruta. Nadie se molesta de que la Via Claudia construída por los romanos siga el mismo trecho de Füssen a Augsburg siguiendo el río Lech como la Ruta Romántica. Salvo las líneas férreas que no son idénticas. En 47 A.C. fue delineada la Via Claudia Augusta por los pasos alpinos de Reschen- y Fernpaß por Füssen hasta Augsburg siguiendo posteriormente el curso del Danubio.